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#UFCMéxico: el resumen de una velada escandalosa

  • Foto del escritor: Adrián Gallardo
    Adrián Gallardo
  • 22 sept 2019
  • 4 Min. de lectura

El evento que se llevó a cabo en la Ciudad de México culminó en escándalo luego de que la pelea estelar entre el local Yair Rodríguez y el estadounidense Jeremy Stephens terminara sin decisión por un piquete en el ojo de Stephens y que desató una repudiable reacción del público. Los fallos discutibles de los combates entre Askarov - Moreno y Esparza - Grasso, fueron los detonantes de la injustificada ira de los mexicanos.

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Foto: Orlando Ramírez - USA TODAY Sports

La noche del sábado dio lugar a lo que fue (y seguramente será) el evento de UFC más polémico del año, que tuvo lugar en la Arena Ciudad de México de la homónima capital de aquel país. Decisiones discutibles, una pelea estelar fallida y un público que se comportó de forma vergonzosa, atentaron contra una cartelera que tuvo muy buenos combates y dos buenas definiciones, entre ellas una que promete luchar por el premio al Nocaut del Año. Para no mezclar temas, vamos a ir analizando punto por punto todo lo que dejó la velada.


El peleón que no fue


El evento estelar del #UFCMéxico lo protagonizaron el afamado peleador local Yair Rodríguez y el experimentado californiano Jeremy Stephens,en categoría pluma. Tras solo 15 segundos de acción, Rodríguez le propinó un piquete de ojo accidental a Stephens, que inmediatamente quedó malherido y que a pesar de que árbitro Herb Dean hizo todo lo posible para que el combate continuara y luego de que los médicos revisaran al estadounidense, se decretó que la pelea quedara sin decisión.

Apenas se supo el veredicto de la contienda, el público presente en el recinto comenzó a revolear vasos con bebida y comida al octágono, en ''repudio'' al fallo y en una actitud totalmente repudiable. La ira de los mexicanos continuó cuando Stephens se retiró hacía los vestuarios, custodiado por los empleados de seguridad de UFC y algunos integrantes de la esquina de Rodríguez.

Da mucho para pensar la injustificada reacción de los presentes en la Arena Ciudad de México. Primero porque un piquete en el ojo puede ocurrir en cualquier momento y es algo que casi siempre es accidental, como sucedió hace apenas dos semanas (aunque de forma dudosa) en la pelea estelar del Bellator 226 entre los pesados Ryan Bader y Cheick Kongo.


Segundo, que necesidad va a tener un peleador veterano como Stephens, que está en UFC desde 2007, de simular una lesión, sobre todo cuando invirtió dinero de su bolsillo para prepararse para este combate durante seis semanas en suelo azteca, con el objetivo de aclimatarse a la altura de la ciudad capital.


El papelón se fue madurando desde antes


La (no) pelea de Rodríguez y Stephens fue la gota que colmó el vaso para el público mexicano, pero en los dos combates anteriores hubo fallos, en principio discutibles, que encendieron de a poco la mecha.


En primer lugar y en peso mosca, Brandon Moreno, en su regreso a UFC, se enfrentó al aguerrido peleador ruso Askar Askarov. Fue un combate atractivo y con muchas alternativas, donde Askarov dominó en el suelo en los dos primeros rounds y Moreno tuvo un mejor trabajo de striking, sobre todo con rodillazo que dañó a su oponente en el segundo asalto, ,mientras que en el tercero, el mexicano estuvo a punto de someter al ruso con un mata león.


Finalmente, los jueces fallaron de forma dispar y la pelea terminó con un empate dividido. Las tarjetas fueron 28-28, 29-28 para Askarov y 30-27 para Moreno. Para la mayoría el ganador indiscutido era el mexicano, mientras que para otros, un empate no le quedaba mal al combate. Lo cierto es que las MMA son un deporte de apreciación y en una contienda igualada puede haber mil miradas distintas, con las que la gente suele discernir fácilmente.

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Foto: @PhotoAmy33

Luego, en la pelea coestelar en la categoría paja, la ex-campeona Carla Esparza confrontó a la mexicana Alexa Grasso. A diferencia del combate entre Moreno y Askarov, el trámite de la contienda se puede dividir fácilmente en dos partes. Las dos primeras vueltas fueron claras para Esparza, que hizo gala de sus buenas habilidades como grappler, mientras que en la tercera, Grasso fue la gran dominadora y estuvo cerca de definir el combate en dos oportunidades: primero con una seguidilla de golpes que dejó sentida a Esparza y luego en el suelo por intermedio de una palanca de brazo que la norteamericana aguantó hasta los últimos albores de la pelea.

A pesar del enorme dominio de Grasso en el tercer round, para dos de los jueces no fue suficiente y el enfrentamiento quedó en manos de Esparza a través de una decisión mayoritaria. Los puntajes fueron 29-28 por duplicado para la estadounidense y una igualdad 28-28. Desde mi punto de vista, el empate hubiese sido justo, ya que Grasso fue muy superior a la ex-campeona en el tercero y un 10-8 no era nada alocado, pero como dije antes, este es un deporte de apreciación y puede haber diferentes miradas.


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Foto: @PhotoAmy33

Cabe aclarar que la pelea de Esparza y Grasso fue muy vibrante y entretenida y se llevó el premio a Pelea de la Noche, por lo cual ambas luchadoras se llevaron un bonus de 50000 dólares.


Que nunca falten los nocauts

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Foto: Getty

Más allá de las polémicas, hubo lugar para las definiciones especulares en #UFCMéxico. El canadiense Kyle Nelson dejó nocaut de pie al mexicano Marco Polo Reyes en el asalto inicial, tras una tremenda seguidilla de potentes golpes sobre una de las rejas del octágono.

Pero sin ninguna duda, quien se llevó todos los flashes fue el estadounidense Steven Peterson, quien derrotó al local Martín Bravo a través de un espectacular giro de puño (el séptimo en la historia de UFC) en el segundo round. Un nocaut que luchará por ser el mejor del año y que le permitió a Peterson adjudicarse uno de los bonus a Performance de la noche (el otro fue para el escocés Paul Craig que sometió al brasileño Vinicius Moreira).


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